La Paz por encima de todo
Año 7. Edición número 318. Domingo 22 de Junio de 2014
Por
Federico
Larsen. Periodista
Dirigente
guerrillero. Carlos Arturo Velandia.// Ex procurador. Jaime Bernal Cuéllar.
OTRAS NOTAS
El pasado martes se
reanudaron los diálogos de paz de La Habana entre la delegación del gobierno de
Juan Manuel Santos y los representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC-EP). El cuarto punto en agenda, que se comenzó a debatir esta
semana, es el de la reparación para las víctimas y el sometimiento a la
Justicia de los guerrilleros. “Las víctimas ahí son el centro de la discusión,
la reparación, la no repetición, la restitución de las tierras a esas personas
despojadas ilegal y violentamente de todo.
El año nuevo llegó
con mucho estruendo en el noreste colombiano. Y no, precisamente, debido al uso
indiscriminado de fuegos artificiales por parte de la población rural. La
responsable de hacer tronar el cielo del pequeño pueblo de Mutatá fue la Fuerza
Aérea de Colombia, que en la madrugada del último día del año 2012 lanzó un
quirúrgico bombardeo contra una columna de la guerrilla de las FARC y, en
consecuencia, acabó con la vida de 14 insurgentes.
A través de una
compleja y cuasi cinematográfica trama que incluyo crípticos mensajes de texto,
comunicaciones trianguladas vía países europeos, las FARC se comunicaron con
uno de mis productores en Radio Nacional para ofrecer una entrevista con el
comandante Ricardo Téllez, integrante de la dirección de esa organización
guerrillera y uno de los principales negociadores en las conversaciones de paz
que tienen como escenario a Oslo y La Habana.
Es ahora o nunca.
Si bien el proceso de acercamiento entre el gobierno del presidente Juan Manuel
Santos y la guerrilla de las FARC tiene pautado una mesa bilateral para el año
próximo en la propia Colombia, los cortocircuitos existentes entre las partes
desde que se abrió formalmente el diálogo unos meses atrás en la ciudad noruega
de Oslo, hacen pensar que a la paz caribeña le quedan pocas chances de vida. Por
lo pronto, el inicio del capítulo cubano de la negociación tuvo que retrasarse
cuatro días porque no terminaron de consensuar a tiempo los “mecanismos de
participación civil”.
La narcotizante
visual del idílico mar caribeño no pudo templar, hasta el momento, los ánimos
caldeados que se vienen registrando en el segundo capítulo del proceso de paz
abierto entre el gobierno colombiano del presidente Juan Manuel Santos y la
guerrilla de las FARC. Si bien los resultados de la mesa de diálogo instalada
desde el último martes en la capital cubana son estrictamente confidenciales a
la prensa, varios cortocircuitos y tensiones colaterales entre ambas partes han
logrado trascender y ser de dominio público para la prensa colombiana.
Después de medio
siglo de guerra, el gobierno y la guerrilla colombiana FARC comenzarán mañana
en la capital noruega el proceso de diálogo más importante de las últimas
décadas. Paradójicamente, la fría y diplomática Oslo lucirá aún más distante
como anfitrión para los delegados caribeños luego de que la Academia Noruega
otorgara este fin de semana el Premio Nobel de la Paz a la Unión Europea,
desechando así una oportunidad única de potenciar y visibilizar una negociación
bilateral que podría terminar con el conflicto armado más viejo de
Latinoamérica.
A partir del triunfo del presidente Santos en las elecciones del domingo
pasado, un miembro de la comisión facilitadora del diálogo con el ELN y un ex
miembro de la dirección del mismo coinciden en la importancia de avanzar en los
acuerdos de paz.
El ex miembro de la Dirección Nacional del ELN, Carlos Arturo Velandia
alias Felipe Torres, y el ex procurador y miembro de la comisión facilitadora
para los diálogos con el grupo armado, Jaime Bernal Cuéllar, analizaron con Miradas
al Sur las elecciones del pasado domingo y el comienzo de una nueva
mesa de paz.
Parece respirarse un aire renovado en Colombia luego de la segunda vuelta electoral del pasado domingo. Funcionarios y dirigentes políticos de los más variados sectores han expresado su satisfacción tras la victoria de Santos, y grandes esperanzas por lo que se viene. El objetivo principal, y primordial causa de la reeleción, es la búsqueda del fin del conflicto armado que lleva más de medio siglo en el país.
Parece respirarse un aire renovado en Colombia luego de la segunda vuelta electoral del pasado domingo. Funcionarios y dirigentes políticos de los más variados sectores han expresado su satisfacción tras la victoria de Santos, y grandes esperanzas por lo que se viene. El objetivo principal, y primordial causa de la reeleción, es la búsqueda del fin del conflicto armado que lleva más de medio siglo en el país.
En ese sentido es que tanto ex guerrilleros como asesores del gobierno evalúan los resultados del Ballottage. “Es un motivo de gran satisfacción que haya sido elegido el candidato-presidente por la expectativa que se ha creado alrededor del proceso de paz. Con ello se garantiza su continuidad”, explicó Carlos Arturo Velandia, más conocido como Felipe Torres, ex dirigente del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Santos había anunciado el comienzo de una negociación con este grupo pocos días antes de los comicios del domingo. Una revelación que no generó grandes sorpresas en las partes pero sin duda fortaleció la candidatura del mandatario. “Yo hubiera preferido que se anunciara en otro momento pero se dio en esta ocasión y ha sido muy bien recibido por parte de toda la sociedad. Sobre todo por quienes hemos estado trabajando para que se abra este escenario. Es un diálogo que completa la ecuación para una paz integral. Porque no era posible que la paz se desarrollara con una sola organización insurgente, se necesitaba abrir y dar el espacio de diálogo con la otra”, expresó Velandia.
También se demostró satisfecho con el resultado del domingo el ex procurador de la Nación, y miembro de la comisión facilitadora para los diálogos con el ELN, Jaime Bernal Cuéllar. “Las elecciones tienen una muy buena motivación para la paz, pero me parece que de allí surgen varias obligaciones. Una para el gobierno, que debe seguir adelante el proceso entendiendo que debe ser una política de Estado. En segundo lugar para la guerrilla, porque se ha dado cuenta que hay más de ocho millones de habitantes que están reclamando la paz. Y otra obligación, para nosotros los ciudadanos, de respaldar y apoyar este proceso. Ese fue el resultado de las elecciones”, analizó el ex fiscal.
Velandia participó de la guerrilla desde los años ’70. Dirigió el frente “Compañero Tomás” hasta su arresto, en 1994, tras el cual pasó diez años en prisión y siete exiliado en Barcelona. Desde su regreso la opinión pública colombiana lo tomó como un vocero “eleno”, cargo que hasta hoy se esmera en rechazar. Mientras Velandia permanecía encarcelado, Bernal Cuéllar encabezaba varios intentos de establecer un diálogo entre el gobierno y el ELN. Ha participado de los acercamientos con la insurgencia desde 1998, cuando era jefe del Ministerio Público y bajo diferentes gobiernos mantuvo un rol protagónico en las diferentes delegaciones que intentaron acercar posiciones.
Dos lugares muy distantes, casi que opuestos, pero que en esta situación hacen lecturas muy similares de la actualidad colombiana. “He participado durante varios años tratando de generar acercamientos y he tratado de idear una metodología para los acuerdos que se deben realizar. Sin embargo por diferentes razones han fracasado”, explicó Bernal Cuéllar. “Yo no quiero desbordarme en optimismo pero creo que hoy están dadas las condiciones. La apertura del gobierno a hacer ciertas concesiones. El establecimiento de una justicia transicional. El reconocimiento de que existen víctimas por razones del conflicto. La posibilidad de que también se apliquen algunas concesiones a la fuerza pública. El avance que se ha logrado con las Farc. Me parece que en todo está demostrando que hay un propósito. Y especialmente el hecho de que el pueblo colombiano, en varios millones de votos, haya ratificado el mandato del presidente para que haga la paz”.
Por su lado, Velandia aseguró que “hay una arquitectura del proceso muy bien elaborada, muy bien diseñada, de construir toda una metodología que va desde los facilitadores a los lugares y procedimientos que han sido pactados en absoluta reserva. En los procesos anteriores se sentaban las partes a discutir la metodología de cara a la sociedad y frente a las cámaras. Entonces la energía del proceso se gastaba fundamentalmente en la fase procedimental y casi nunca se llegó a discutir la agenda. En los otros procesos no estaba comprometida la palabra para poner fin al conflicto armado. Estaba comprometida la palabra para buscar caminos a la paz. Eso marca una gran diferencia en cuanto a plantearse los objetivos y los propósitos. En esta ocasión, el objetivo central es poner fin al conflicto armado y abrir condiciones para la búsqueda de la paz”. Un escenario favorable, que según el ex guerrillero también se da desde lo político. “A través de la guerra ya no se acumula en discurso revolucionario. Tampoco se desarrolla al país. Hay que buscar otras vías. Y América latina está mostrando unas vías distintas y muy interesantes. Es el único continente del mundo donde coexisten cuatro revoluciones, la revolución socialista en Cuba, la revolución bolivariana en Venezuela, la revolución ciudadana en Ecuador y la revolución comunitaria en Bolivia. Tenemos tres presidentes en ejercicio que pasaron por la lucha armada, como Dilma Rousseff en Brasil, Sanchez Cerén en El Salvador y José Mujica en Uruguay. Estamos viendo unos caminos que la insurgencia y los revolucionarios colombianos debemos tomar en cuenta y considerarlos como caminos válidos también para acceder al poder”.
La situación latinoamericana también fue resaltada por Bernal Cuéllar, que hasta adelantó que la mesa entre el gobierno colombiano y el ELN podría realizarse en Argentina o Ecuador. “Lo digo porque los señores presidentes tanto de Argentina como de Ecuador han dado las muestras expresas de que pueden y quieren colaborar con este proceso de paz. Porque consideran que la región ganaría muchísimo si se logra la paz en Colombia”. Sin embargo, el ex procurador advirtió que esta mesa podría tener algunas diferencias con respecto a la que se desarrolla hoy en La Habana. “El ELN siempre ha insistido en lo que han denominado una Convención Nacional. Ellos quieren que en la elaboración de la paz haya presencia de los diferentes sectores sociales. Es una idea que se ha venido estudiando con ellos desde hace varios años. En segundo lugar tienen algunos temas que al parecer no están en la agenda de las Farc. Por ejemplo, el problema de hidrocarburos y minería. Ellos han insistido en mirar cómo se maneja la explotación petrolera y minera en Colombia. Sería un tema no opuesto a lo que están discutiendo en La Habana, que se puede discutir en una mesa complementaria”.
En cuanto al futuro del grupo armado, Velandia descartó la posibilidad de crear un nuevo movimiento político, como ya han anunciado las Farc. “Aquí en Colombia existen ya varios movimientos sociales y políticos muy importantes, de amplia base popular, campesina e indígena. No creo que el ELN deba crear un movimiento especial o propio para hacer su transformación. Hay muchos otros movimientos que ya existen y con los cuales compartimos el discurso político del ELN. Creo yo que ahí hay una muy buena posibilidad”.
A pesar de las diferencias, entonces, el proceso de paz parece generar expectativas favorables en la mayoría de los sectores sociales colombianos. En palabras de Velandia, “la guerra es un cadáver insepulto”, que aunque siga produciendo daños en el país podría dejar de existir en unos meses.