domingo, 22 de marzo de 2015
sábado, 7 de marzo de 2015
CARTA A LA PRIMERA CUMBRE NACIONAL DE EXCOMBATIENTES POR LA REVOLUCIÓN Y LA DEMOCRACIA - CARLOS ARTURO VELANDIA J.
PRIMERA CUMBRE NACIONAL DE EXCOMBATIENTES POR LA REVOLUCIÓN Y LA
DEMOCRACIA
Publicado
el 07 de marzo de 2015
Por: Carlos Arturo Velandia Jagua ( Felipe Torres)
La guerra
en Colombia se acaba, tiene sus días contados, es nuestro deber ayudar a su
bien morir, para que nazca la oportunidad de construir nuestro país entre todas
y todos, sin tener que volver a ejercer la fuerza contra nada y contra nadie
para hacernos escuchar, para ser tenidos en cuenta.
Hay dos
bombas instaladas en nuestro país, siempre las ha habido, solo que en esta
ocasión una de ellas, la bomba del conflicto armado se hace cada vez más
pequeña y con una mecha más larga, en tanto que la otra, la bomba del conflicto
social se hace cada vez más grande y con su mecha más corta. Se trata pues de
que las partes del conflicto armado y la sociedad entera, seamos capaces de
desactivar definitivamente la bomba del conflicto armado, con eso solo nos
quedamos con la bomba del conflicto social, compuesta por una mezcla de
conflictividades sociales, políticas y económicas, además de un inmenso
acumulado de promesas y pactos incumplidos; que los colombianos no tenemos más
alternativa que darles trámite a través de la palabra, pero de la palabra que
se toma las calles, de la palabra que se hace verbo, de la palabra que camina
para hacerse acción positiva y transformadora; pero eso si, de la palabra
divorciada de la violencia.
Vivimos
un momento epocal, una intersección entre dos épocas, una: vieja, caduca,
violenta, de 50 años de dolor que queremos dejar atrás; la otra: nueva,
desconocida, abierta ante nuestros ojos pero de la que solo podemos pre-ver, es
decir anticiparnos a que será “problemática y febril”, pero que será una época
en la que la sociedad ya no será interpretada ni coptada por discursos de
guerra, lo que equivale a decir, que ya no habrá pretextos para hacerse oír,
para luchar por lo que crea que le corresponde y le pertenece, para luchar con
voluntad soberana, con decisión de poder ciudadano.
Todas y
todos los presentes, acumulamos invaluables experiencias de lucha, de
sacrificio y también de renuncias; hicimos dejación de armas, unos en procesos
colectivos, otros como en mi caso en procesos individuales, pero todos, sin
excepción hemos creído que en la ampliación de la democracia están las
condiciones para construir un país más justo y más humano. Con estas
experiencias y con esta convicción, hoy asistimos a la gran oportunidad que
tiene el país de parar la guerra y superarla de manera definitiva. Hoy nuestros
hermanos revolucionarios agrupados en las FARC-EP y el ELN están dando lo mejor
de sí, para sacar al país de la guerra, lo hacen con convicción y con decisión.
En este
trance del país, quizás el más importante de su historia, nosotros, los
excombatientes por la revolución, por la democracia y por la paz; debemos
aportar y ayudar al buen suceso del fin de la guerra y la apertura a la
construcción de justicia social en paz y con equidad.
Debemos
decirles a las partes, que los caminos que hoy transitan, ya los caminamos
nosotros, que sentimos sus esfuerzos como esfuerzos propios, que estamos listos
para apoyar los esfuerzos por el fin de la guerra y por avanzar hacia la paz
estable y duradera.
Debemos decirles a las partes, que cuentan con nosotros, que estamos prontos a ayudar en lo que se nos demande, que nuestra experiencia en los procesos de normalización y de búsqueda por ser ciudadanos de pleno derecho, es valiosa, porque no todo lo que funcionó ayer puede o debe funcionar hoy. Somos testimonio vivo de políticas y prácticas exitosas una y fracasadas otras, esto lo podemos aportar a la hora de tramitar los procesos de normalización, de las insurgencias en los contextos actuales y en los términos en que lo determinen los acuerdos.
Debemos decirles a las partes, que cuentan con nosotros, que estamos prontos a ayudar en lo que se nos demande, que nuestra experiencia en los procesos de normalización y de búsqueda por ser ciudadanos de pleno derecho, es valiosa, porque no todo lo que funcionó ayer puede o debe funcionar hoy. Somos testimonio vivo de políticas y prácticas exitosas una y fracasadas otras, esto lo podemos aportar a la hora de tramitar los procesos de normalización, de las insurgencias en los contextos actuales y en los términos en que lo determinen los acuerdos.
Debemos
decirles, que nuestro experiencia y disposición será útil para que en el futuro
quienes hagan dejación de armas, no sientan que se necesita volver a las armas
y retornar a las montañas de Colombia, decirles que nuestra experiencia es
también suya, que le pertenece a Colombia y sus gentes.
Me
despido con un abrazo fraternal y de camarada en la búsqueda de la paz y la
justicia social. Vuestro hermano
Carlos Arturo Velandia Jagua – Felipe Torres
Bogotá, 06/03/15
Bogotá, 06/03/15
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