PUEDE
OCURRIR: Paz con FARC-EP y guerra con ELN
Escrito
por Carlos Arturo Velandia Jagua
La sociedad colombiana y el
mundo avistan con expectación la llegada del día, no lejano, de la firma del
acuerdo final del conflicto armado del Estado colombiano con la organización
insurgente FARC-EP, habida cuenta del alto nivel de desarrollo y compromiso que
ha alcanzado el proceso de diálogo y negociación, que se realiza en la ciudad
de La Habana, y de la disponibilidad y voluntad política de las partes, para
concluir las negociaciones a la mayor brevedad y así dar paso inmediato a la
implementación de los acuerdos.
Transitan las partes por la recta
final, en la que trabajan para poner a punto los textos de los acuerdos de fin
del conflicto, relativos al cese el fuego bilateral y definitivo, los
mecanismos que hagan posible implementar la verificación como la localización
de las fuerzas farianas, mecanismos y garantías de seguridad para la vida y la
acción política de los exinsurgentes, la refrendación de los acuerdos, las garantías y condiciones para el tránsito
de la lucha política con armas a la lucha política sin armas, la implementación
de los acuerdos y la puesta en marcha dejación de armas; actividades de gran
complejidad pero en la que vienen trabajando desde hace más de 18 meses, con
ahínco y gran voluntad política.
El clima de optimismo y
confianza de las partes es evidente, al punto que se cree que en breve plazo se
producirán los anuncios que el país espera: el del fin del conflicto armado.
Pero lamentablemente sobre
este panorama auspicioso, se cierne la nube gris de la incertidumbre que genera
el proceso con el ELN[1], pues solo bastaron unos
cuantos días después del anuncio en Caracas sobre la culminación de la fase
secreta y del compromiso de las partes de avanzar hacia la Mesa formal en fase
pública, para caer en una profunda crisis de muy difícil solución.
Si bien las partes pactaron
realizar las conversaciones de paz en medio de la confrontación, como telón de
fondo se registra en el país un desescalamiento del conflicto, por cuenta del
cese unilateral del fuego por parte de FARC-EP, lo cual ha producido un alivio
evidente en la sociedad y un cuasi “cese bilateral de facto”, habida cuenta que
las Fuerzas Armadas del Estado han venido actuando recíprocamente a la
disposición de la guerrilla fariana. Este desescalamiento, que ha reducido las
acciones ofensivas a mínimos históricos[2], es un contraste frente al
escalamiento entre el ELN y las Fuerzas Armadas del Estado[3], que ha elevado el nivel
de confrontación a máximos históricos, abonando la antesala de la paz en
Colombia con injustificadas e irracionales muertes de soldados, policías y
guerrilleros; y de una carga humanitaria dolorosa sobre la sociedad por cuenta
de los secuestros realizados por el ELN.
El pedido y exigencia del
Gobierno al ELN[4],
de liberar a todos los secuestrados en su poder y suspender definitivamente la
práctica del secuestro, como requisito único para instalar la Mesa de diálogos,
ha sido interpretada por el ELN como un condicionante unilateral inaceptable[5], por cuanto contradice el
acuerdo de Caracas y la Agenda pactada, en la que presuntamente se tratará el
tema de los secuestros al igual que todos los temas relacionados con el
conflicto mismo; lo cual resulta equivocado porque no es posible saltar con
garrocha sobre las circunstancias de dolor social generalizado frente a los
secuestros, agrandado luego de los realizados a los tres periodistas en la
región del Catatumbo, y la desaprobación de la sociedad frente a esta práctica,
que se descarga más sobre la sociedad misma que sobre el Estado.
No hay duda alguna que los
aspectos técnicos de los acuerdos deben ser respetados, pero tampoco hay la más
mínima duda que son las condiciones políticas del país y de las partes, las que
determinan la necesidad de mantener o no el rigor de lo que se ha acordado como
marco para discutir.
Si por salvar el proceso, las
partes optaran por instalar la Mesa, llegando el ELN con secuestrados a cuestas
y con la posibilidad de seguir secuestrando, durante el tiempo que demoren los
diálogos hasta llegar al punto N° 5 de la agenda, en la que se supone estaría
ubicado el tema de los secuestros; la Mesa no soportará la presión de la
sociedad, que exigirá al Gobierno proteger los derechos e intereses de la
sociedad, so pena de quitarle el respaldo al proceso de paz y de que éste
navegue en un mar de ilegitimidad y de oposición, que no solo provendrá de la
derecha radical, sino desde todos los sectores sociales y políticos, incluida
la izquierda; que sienten el hastío y repudio a una práctica que el ELN debió
superar con mucha antelación. “Cuando lleguemos a una Mesa de diálogos,
querremos llegar livianos” dijo en 2007 Pablo Beltrán, en el marco de los
diálogos con el Gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez, pero parece que
ahora pretenden llegar atiborrados de pesos y lastres, que muy seguramente no
les permitirán moverse con solvencia en la Mesa misma.
Con el ánimo de contribuir a buscar salidas para ésta gran
dificultad, desde diferentes ópticas de la sociedad civil se han formulado
propuestas para abordar la superación de la crisis, a saber:
Propuesta de Carlos Medina
Gallego: “sentarse
a la mesa, con un punto previo que resuelva las inquietudes humanitarias de las partes y ambiente frente a la
nación y a la opinión publica una mejor atmósfera que permita que los
diálogos encuentren mayor apoyo y sintonía en la sociedad en general.”[6]
Propuesta de León
Valencia: “el gobierno
también podría pensar en una fórmula para ayudarle al ELN a salir del grave impase.
Podría variar el esquema de negociación y empezar por acordar un cese bilateral
de las hostilidades. La idea precisa sería dedicar un mes, solo un mes, a
pactar el cese bilateral utilizando la verificación internacional acordada con
las Farc. Si en ese mes no se logra el acuerdo, se hace a un lado el tema y se
continúa con la agenda ya convenida con el ELN.”[7]
Propuesta
de Carlos Arturo Velandia: “Para superar la crisis en la antesala de
la Mesa en fase pública, es conveniente que tanto el Gobierno como el ELN
depositen su confianza en los Países Garantes, para que ellos procedan a
producir fórmulas de solución, las que podrán ser que cada parte realice
acciones positivas de tal modo que cada parte entienda que su acción será útil
para que la otra parte realice la propia. En el caso puntual, el ELN podría
verse estimulado a liberar a los secuestrados y a proscribir definitivamente la
práctica del secuestro, si el Gobierno promueve actos administrativos para
aliviar la vida de los presos políticos del ELN en las cárceles del Estado.
Estas medidas podrían ser: acercamiento familiar, concentración de presos del
ELN en patios especiales, revisión de los procesos judiciales, excarcelaciones por
razones humanitarias, u otras de ésta especie.
Finalmente,
conviene advertir que mientras se mantenga vigente el Acuerdo de Caracas del 30
de Marzo, se debe mantener el diálogo entre las delegaciones de las partes,
para que en trabajo de “extra-Mesa” puedan examinar la crisis y resolverla con
entendimientos e intercambio de voluntades. Para el caso se trataría de
producir acciones positivas de alivio a la situación de los presos del ELN, al
tiempo que el ELN produce acciones positivas de alivio a la sociedad.”[8]
Ahora bien, si la crisis no se
resolviera, significa que el Acuerdo de Caracas queda en suspenso, en medio de
una confrontación abierta entre el Estado y la insurgencia del ELN; situación
que se combinaría con el hecho político y evidente de la paz con las FARC-EP,
lo que configuraría un escenario de “paz con FARC-EP y guerra con ELN”;
escenario que tendríamos que completar con otros dos paisajes que se añaden al panorama:
1-
la crisis política e institucional de
Venezuela; y
2-
la oposición del partido Centro Democrático a
la paz y los llamados de la extrema derecha a la resistencia civil contra la
paz[9].
Esta combinación de
circunstancias adversas, podría convertirse en la “crisis perfecta”, que
tendría un impacto demoledor en el proceso de paz en Colombia. Veámoslo bajo la
luz de los más probables supuestos:
·
Los Acuerdos de la Habana se implementan en
territorios donde solo están las FARC-EP y en territorios comunes existe
implementación parcial o bloqueo. En estos territorios las FARC se abstendría
de localizarse en territorios acotados y no habría dejación de armas.
·
El movimiento fariano defiende sus territorios,
acumulados políticos y sociales, al tiempo que se esfuerzan por la
implementación de los acuerdos. Hay confrontación militar con desventaja para
bases sociales y políticas de FARC-EP. Habría crisis humanitaria y se
producirían desplazamientos de comunidades.
·
El Gobierno declara terminado el conflicto
armado interno y desata ofensiva generalizada contra ELN, a quien califica como
fuerza terrorista y criminal.
·
Las FARC-EP y el Gobierno avanzan en la
implementación de los Acuerdos de paz, se efectúa la dejación física de armas
por parte de FARC-EP, excepto en los territorios donde continua la guerra con
el ELN; se generan mecanismos de seguridad para los dirigentes farianos y para
las comunidades en sus territorios, con
presencia de Fuerza Pública del Estado, y las FARC-EP se transforma en
movimiento político legal e institucional, conservando la sigla FARC.
·
El ELN agrupa sus fuerzas guerrilleras en 3
grandes frentes de guerra estratégicos, a saber:
1- Frente
de Guerra Estratégico del Nororiente que agrupa las fuerzas del Frente de
Guerra Norte (Guajira, Cesar), Frente de Guerra Nororiental (Santander, Norte
de Santander), Frente de Guerra Oriental (Arauca, Boyacá, Casanare) y las del
Área Darío Ramírez Castro (Nordeste Antioqueño, Bajo Cauca Antioqueño, Sur de
Bolívar). Este Frente de Guerra agrupará el 70% de la fuerza global del ELN.
2- Frente
de Guerra Estratégico del Suroccidente que agrupa las fuerzas del Frente de
Guerra Suroccidente (Cauca, Valle y Nariño) y Frente de Guerra Occidental
(Chocó y Eje Cafetero). Este Frente de Guerra agrupará el 20% de la fuerza global del ELN.
3- Frente
de Guerra Estratégico Urbano que articula las fuerzas clandestinas urbanas de
las ciudades de Bogotá, Medellín Cali, Barranquilla, Bucaramanga, Barrancabermeja
y otras ciudades menores, y los equipos logísticos y especializados. Este
Frente de Guerra agrupará el 10% de la fuerza global del ELN.
·
Los Frentes de Guerra Estratégicos se
complementarán con Fuerzas guerrilleras, comandos y células clandestinas, localizadas
en territorios de transfrontera de Venezuela y Ecuador.
·
Los Frentes de Guerra Estratégicos tendrán
Mando Único centralizado.
·
Las Fuerzas del ELN localizadas en el interior
del país migrarán al Frente de Guerra Estratégico más próximo, igualmente,
estos Frentes serán nutridos por
pequeños grupos e individuos inconformes o desencantados, provenientes del
proceso de paz con las FARC-EP.
·
El ELN implementará modalidades de guerra de
guerrillas como forma fundamental, combinada con guerra de movimientos y
defensa de territorios con fuerzas de Milicias Territoriales. Desarrollará la
guerra revolucionaria integral con implantación y despliegue de Fuerzas de
Comando Urbano en las ciudades.
·
Si a la intensificación del conflicto
armado en la frontera, se le suma la profunda agudización de la crisis política,
e institucional en Venezuela, en la que el Gobierno de la Revolución
Bolivariana y la Asamblea Nacional con mayorías antirevolucionarias chocan de
frente, con el ánimo de sacar a su oponente del juego político y del poder
(Referendo Revocatorio – Art.72 CN Vs. Declaración de Estado de Excepción y de
Emergencia Económica – Art.337 CN)[10] hasta llegar a un punto
de ruptura institucional; entonces se fractura el bloque de poder sostenido
desde la unidad de las Fuerzas Armadas Nacional Bolivarianas, y se registrarán
levantamientos sociales que darán origen a una guerra civil. En un escenario
como este, las fuerzas guerrilleras localizadas a lo largo de la frontera, en
la faja binacional, serán absorbidas por la situación interna venezolana. Así,
de ese modo el grueso del ELN sería arrastrado a participar en la contienda del
lado de los defensores de la Revolución Bolivariana. Desde sectores radicales
de la revolución bolivariana dentro de la sociedad y del Estado, y
principalmente desde las FANB se brindará apoyo al ELN con recursos económicos,
logística y armas. Grupos armados venezolanos como las Fuerzas Bolivarianas de
Liberación – FBL y los Colectivos Urbanos de defensa de la revolución
como La Piedrita, los Tupamaros, Simón Bolívar, Carapaica, Alí Primera y Alexis
Vive; en Caracas y otras ciudades del país, buscarán la coordinación con el
ELN, en el marco de una lucha por la defensa de la revolución bolivariana.
·
Por su lado, el Frente de Guerra Estratégico
Suroccidental, establecerá su bastión en el Macizo Colombiano desde donde podrá
irradiar sus acciones hacia los departamentos del Cauca, Valle, Chocó, Tolima,
Huila, Nariño Putumayo y Caquetá.
·
En la transfrontera ecuatoriana, el ELN
buscará apoyos entre las viejas militancias del Alfarismo (Alfaro Vive Carajo),
entre los refugiados colombianos y entre sectores sociales populares e
indígenas radicales, desafectos a la “revolución ciudadana” liderada por el
presidente Rafael Correa.
·
El ELN entendería que hay una nueva oportunidad
histórica para revitalizar las banderas de la lucha contra el imperialismo
norteamericano, contra las oligarquías de la región y por la construcción del
socialismo en el continente; modificará
su estrategia y postulados originales, para proponer una estrategia de guerra
revolucionaria trinacional, para la liberación nacional y social y la
construcción del socialismo en la patria de Bolívar: la Gran Colombia.
·
La guerra se regionaliza y Estados Unidos
incrementa su presencia en Colombia a través de planes de cooperación y ayuda
militar, así como con el fortalecimiento de bases militares en Colombia:
Malambo, Apiay, Bahía Málaga y con el despliegue de la IV Flota en el Mar
Caribe.
·
Si el ELN logra hacerse fuerte, construye y
consolida estos teatros de operaciones en los próximos tres años, puede
ocurrir:
1- Que
estime que tiene altas posibilidades estratégicas para la victoria de la guerra
revolucionaria, en este caso continuará con el esfuerzo militar, o
2- Que
estime que no tiene posibilidades estratégicas, pero que cuenta con una mejor
correlación de fuerzas en el campo de batalla, en este caso buscará la solución
negociada con el nuevo gobierno electo en el año 2022.
·
Si el ELN es derrotado militarmente, terminará
por aceptar los términos que le imponga el Gobierno.
·
Si el ELN se divide, la parte mayoritaria
buscará el diálogo y la negociación con el Gobierno y la parte minoritaria será
derrotada por el Estado.
Un escenario que conviene
advertir, lo constituye la potencial amenaza de sectores opuestos al proceso de
paz que no acepten los acuerdos y decidan alzarse en armas, para confrontar al
Gobierno, a quien consideran un traidor al país y a la Constitución, por “haber
entregado el país a los terroristas”. Estas fuerzas provenientes del
latifundismo armado, que consideran los acuerdos de paz pactados con las FARC
contrarios a sus intereses, y que se opondrán a su implementación. Con tales
argumentos, soliviantados e inspirados en posiciones prohijadas desde el
partido Centro Democrático, como las de la “resistencia civil”, o la “paz sin
impunidad”, se constituirá un movimiento guerrillero con frentes territoriales,
denominado Fuerzas Patrióticas para la Salvación Nacional – FPSN, que operará
en los territorios donde el paramilitarismo históricamente ha tenido
desarrollos importantes, como en regiones de las sabanas de los departamentos
de Bolívar, Sucre, Magdalena, Meta, Vichada y Casanare; y las regiones del Urabá
Chocoano y Antioqueño, Nordeste Antioqueño, Bajo Cauca y Sur de Bolívar. Para
ello tendrían como avanzada los llamados Ejército Antirestitución, los que se
articulan con BACRIM como los “Urabeños”, “Úzuga”, “Rastrojos”, “Águilas
Negras” y “Autodefensas Gaitanistas de Colombia”, que operan en los territorios
señalados..
La FPSN establecerá tres
frentes de guerra: Frente de Guerra Norte, que agrupa las fuerzas de Córdoba,
Magdalena, Sucre, Cesar y Guajira, Frente de Guerra Occidental, que agrupa las
fuerzas de Antioquia, Chocó y Eje Cafetero, y el Frente de Guerra Oriental que
agrupa las fuerzas de Meta, Vichada, y Casanare.
El alzamiento armado ejercerá
presión sobre la institucionalidad local y departamental, utilizará métodos
similares a los ya conocidos y desarrollados por el paramilitarismo, se
enfrentará a las Fuerzas Armadas del Estado, logrará controlar algunos
territorios, con la complicidad o aquiescencia de gobernabilidades locales
afines, y desatará una guerra de exterminio hacia el movimiento popular y de
izquierda revolucionaria surgida tras los acuerdos de paz.
Estas guerrillas de extrema
derecha no buscan la toma del poder, levantarán el discurso de la unidad
nacional contra el terrorismo, contra el castrochavismo, y llamarán a formar un
gobierno de salvación nacional que deponga los acuerdos de paz y retorne el
país bajo el amparo de la Constitución Nacional de 1991.
Unidades de la FPSN cruzarán
la frontera con Venezuela para brindar apoyo a sectores armados contra la
revolución Bolivariana y para establecer corredores de apoyo logístico y
bélico, para su causa en Colombia.
Si este proyecto llegase a
implantarse y consolidarse, luego de 5 o 6 años de operaciones, podría llamar
al gobierno a diálogos, para un pacto político, a cambio de la dejación de
armas.
El partido Centro Democrático
y algunos medios de comunicación apoyarán a este movimiento, mediante la
justificación, no lo reconocerán como propio, no asumirán responsabilidad
alguna de sus acciones, pero estarán presto a oxigenarlo política e
ideológicamente desde su discurso político.
Junio de 2016
[1] http://www.eln-voces.com/index.php/dialogos-de-paz/agenda-de-paz/607-acuerdo-de-dialogos-para-la-paz-de-colombia-entre-el-gobierno-nacional-y-el-ejercito-de-liberacion-nacional
[2] http://blog.cerac.org.co/monitor-de-desescalamiento-del-conflicto-armado-interno-actualizacion-2
[3] http://abcpaz.com/wp-content/uploads/2016/03/HIP%C3%93TESIS-DE-TRABAJO-TERMINA-EL-CONFLICTO-ESTALLA-EL-POSCONFLICTO-CARLOS-ARTURO-VELANDIA-J-ABCPAZ.pdf
[4] http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/presidente-juan-manuel-santos-le-exige-al-eln-liberacion-de-secuestrados/16577929
[5] http://www.eln-voces.com/index.php/dialogos-de-paz/entrevistas-delegacion-de-paz/655-la-demora-en-el-inicio-de-las-conversaciones-corre-por-cuenta-del-gobierno
[7] http://www.semana.com/opinion/articulo/leon-valencia-secuestro-de-salud-hernandez-dificulta-negociaciones-de-paz-con-eln/475456