Carlos Velandia: “La guerra
en Colombia tiene sus días contados”
Autor: Alejandro Tapia
En esta entrevista con La Tercera, este ex líder
guerrillero dice que el ELN liberará a los secuestrados. Además insiste en que
el proceso de diálogo del ELN con el gobierno es independiente al de las Farc.
En 1970
Carlos Velandia era un estudiante más en el departamento de Santander, en el
nororiente de Colombia. Fue ahí donde seis años antes había tenido origen el
Ejército de Liberación Nacional (ELN), en el mismo año en que irrumpieron las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). “No teníamos ninguna otra
opción porque en el país se había instalado un gobierno bipartidista que no
permitía alternativa. Eso nos llevó a muchos jóvenes a irnos para el monte,
porque mataban a mis amigos. Era mi única opción para luchar”, cuenta el propio
Velandia a La Tercera al teléfono desde Bogotá.
Pronto,
Velandia se transformó en “Felipe Torres” y escaló hasta lo más alto en la
jefatura de esta guerrilla de inspiración guevarista. Así, llegó a comandante y
miembro de la dirección nacional del ELN. Pero en 1994 su vida tomó un abrupto
giro cuando fue tomado preso. Entonces pasó 10 años en la cárcel y desde
prisión se transformó en el representante del ELN en las negociaciones de paz
con los gobiernos de Ernesto Samper y Andrés Pastrana, que no llegaron a buen
puerto.
“En esa
época conocí al Estado, conocí al país, a la sociedad, de la cual estaba
bastante alejado mientras permanecí en la montaña. Y cuando salgo en libertad
en 2004 tomo la decisión de no disparar un tiro más y lo notifico al ELN, al
país y al gobierno y ofrezco una salida negociada al conflicto”, cuenta
Velandia, quien luego partió a España para unirse a la Escuela de Cultura de
Paz, Universidad Autónoma de Barcelona. A esas alturas Velandia ya había coincidido
con otro “camarada”, Yezid Arteta, un ex comandante de las Farc que había
tomado su mismo camino luego de una década en prisión. De hecho, ambos se
conocieron en la cárcel en 1995 y posteriormente los dos apostaron por la paz.
Precisamente, ya como civil, Velandia se convirtió
en una suerte de puente, de mediador no oficial entre el ELN y el gobierno. En
junio pasado regresó a Colombia, pero fue tomado preso y recién recuperó su
libertad en agosto, precisamente porque su figura ahora es vista como clave en
el marco de la mesa de diálogo entre el ELN y el gobierno de Juan Manuel Santos
que se instalará a partir del 27 de octubre en Quito.
¿Cómo se logró llegar a una mesa de negociaciones entre el gobierno y el ELN?
¿Cómo se logró llegar a una mesa de negociaciones entre el gobierno y el ELN?
Se llega
a trompicones, tengo que decirlo de esa manera porque realmente ha sido así. Ha
sido una llegada muy accidentada, sobre todo porque estuvo precedida de un
proceso de exploración de tres años, un proceso de búsqueda, hasta que
finalmente se llega a un acuerdo, que se anunció el 30 de marzo en Caracas. Y
luego se esperaba que en el corto plazo se diera el inicio. El ELN llega con
una carga a cuestas que son los secuestrados y la posibilidad de seguir
secuestrando, con lo cual el gobierno señaló que era inconveniente iniciar
conversaciones en esas condiciones, tras lo cual le plantea al ELN que liberen
a los secuestrados, que generan preocupación y mucha irritación social.
¿Cuántos secuestrados tiene el ELN? ¿Está dispuesto
a liberarlos para que la mesa de diálogo concluya de buena manera?
Mucho
menos de 10. No tengo el número exacto. Se han venido dando liberaciones. Hay
un compromiso de liberar a más personas antes de que se sienten a la mesa el
día 27 de octubre.
¿Este anuncio de la mesa de diálogo en Quito es una
consecuencia del fracaso del acuerdo de paz con las Farc tras el plebiscito de
2 de octubre o corre por un camino paralelo?
Corre por
un camino paralelo. Mucho antes del plebiscito el ritmo y el nivel de
entendimiento que había entre el ELN y el gobierno para superar las dificultades
estaba bastante desarrollado. Incluso el anuncio era para antes del plebiscito.
Lo de las Farc no tuvo incidencia directa.
Con el correr de los años el ELN ha visto muy
disminuida su fuerza ¿Ese hecho condicionó que se sentaran a negociar con el
gobierno, sumado a que las Farc tomaron esa vía también?
El
proceso con el ELN es totalmente independiente y autónomo respecto del proceso
de las Farc. Pero se ha instalado en el país una nueva situación: que la guerra
está llegando a su fin. La guerra tiene sus días contados en Colombia. Hay una
concurrencia de los procesos políticos, porque en Colombia la guerra se agotó
para el ELN, las Farc y para el Estado.
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