El ELN pone el balón en el tejado del gobierno
Debemos entender la liberación de Gernot Wober como el acto de paz que
da apertura a una nueva situación.
La liberación del ciudadano canadiense Gernot Wober, efectuada por el
ELN, constituye la superación del mayor obstáculo para dar inicio a una mesa de
diálogo y negociación entre esta guerrilla y el Gobierno Nacional.
El mismo presidente, Juan Manuel Santos, había est
ablecido que la liberación del “canadiense” era un paso correcto en la
dirección correcta. Queda pues el país a la espera a que estas partes del
conflicto armado interno intensifiquen sus contactos, realicen las mutuas y
debidas exploraciones y pacten la agenda de proceso que a bien tengan. Eso sí,
en un espacio de absoluta discreción que les permita a los compromisarios de
estas dos partes concentrarse en acordar los pasos y actos que permitan crear
confianza y construir un ambiente positivo para los diálogos, diseñar el
proceso, sin interferencias y en un clima de seguridad y tranquilidad
apropiadas.
A la Colombia que quiere la paz, trabaja y se preocupa por ella, no le
interesa saber los detalles de los contactos, pero sí conocer el acuerdo de
agenda a que lleguen en el momento en que lo hagan, tomándose el tiempo
estrictamente indispensable para diseñar la arquitectura del proceso, la cual
será decisiva para llevar los diálogos al fin del conflicto armado y a sentar
las bases de la paz y la justicia social.
El hecho de contar con el proceso de diálogo de la mesa de La Habana es
un valor agregado a la experiencia en materia de diseño de procesos de paz, la
cual será muy útil al momento de discutir los procedimientos, los tiempos, los
facilitadores y los contenidos de la agenda, por cuanto se podrá partir del
criterio de que lo que funciona bien en el proceso de La Habana, puede también
ser aplicado para el proceso con el ELN.
Vistas así las cosas, un proceso con los elenos podrá tener unos ritmos
de mayor agilidad en los trámites, por cuanto ya existen textos muy discutidos
y sólidos, como por ejemplo la parte introductoria del “Acuerdo general para la
terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, o
más conocido como “Agenda de La Habana”.
Igualmente, ya hay temas de la agenda que se han discutido que no se
deben repetir, como es el caso del tema de tierras. Asimismo, en un proceso con
el ELN es impajaritable que el tema de desarrollo minero – energético y el de
participación de la sociedad en la construcción de la paz y del país deban
ocupar un destacado lugar en la agenda, de modo que los procesos de paz sean
complementarios y no competitivos. Pero también hay temas comunes a tratar con
ambas insurgencias, como son los temas de participación política, víctimas,
mecanismos de legitimación y gestión del postconflicto, los que podrán ser
discutidos en una mesa común:
Quiere esto decir que en el país tendremos dos procesos simultáneos pero
a dos velocidades: una la que tiene la mesa de La Habana y otra la del ritmo
que tendrá la mesa con los elenos.
Además en escenarios diferenciados, esto es, en países distintos para
garantizar que las dinámicas propias de un proceso no genere impactos negativos
en el otro. De igual manera, el proceso con los elenos deberá tener equipo de
negociadores del gobierno diferente al del proceso de La Habana, liderado por
una personalidad altamente representativa del Establecimiento, con gran
idoneidad y reconocimiento nacional. Es fundamental que los procesos
estén dirigidos y conectados por y a través de un mismo centro político, que no
puede ser otro que la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
Muy seguramente el proceso con el ELN contará con otros países
facilitadores entre los que podrían ser Suiza, Uruguay Brasil, Bolivia,
Argentina, Venezuela, Cuba y Noruega como ha sido comentado por algunos medios.
De este modo la liberación de Gernot Wober, debemos entenderla como el
acto de paz que da apertura a una nueva situación, es decir el ELN ha puesto el
balón en el tejado del Gobierno, Colombia entera espera una respuesta positiva,
no otra cosa.