lunes, 4 de noviembre de 2013



“El Gobierno y el ELN ya deben dar inicio a los diálogos”: exjefe del ELN
Carlos Velandia, alias ‘Felipe Torres’, exdirigente del grupo guerrillero, asegura que no se debe desaprovechar la oportunidad para que ambas partes busquen la paz.

El exdirigente del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Carlos Arturo Velandia, alias ‘Felipe Torres’.
Julio Sánchez | El País
Por: Diana Isabella Sánchez | Reportera de El País Lunes, Noviembre 4, 2013
Asegura que no es vocero ni militante del ELN, como lo fue entre 1972 y 1994, cuando abandonó las armas luego de una captura que lo costó diez años de cárcel. Sin embargo, está dispuesto, como lo ha hecho en ocasiones anteriores, a mediar en unos posibles diálogos de paz entre este grupo guerrillero y el Gobierno Nacional.
Considera que, así como lo están haciendo con las Farc en La Habana, Cuba, el Gobierno puede iniciar un proceso de diálogo con el ELN que lleve a acuerdos de paz, pero resalta que ambas partes deben apresurarse y concretar los contactos para iniciar una fase exploratoria.
¿Cómo ve un posible diálogo entre el Gobierno y el ELN?

Primero tiene que cursarse una fase necesaria e indispensable: que las partes se reunan, en el lugar donde quieran, para explorar. Ambos tienen que explorarse y explorar la voluntad; tienen que llegar a concretar una agenda, una arquitectura del proceso que, yo estimo, no sería muy distinta a la que se ha logrado con las Farc y que ha posibilitado establecer la mesa de La Habana. Creo que el ELN insistirá en unos temas puntuales para establecer en su propia agenda, como lo son el desarrollo minero energético, la participación de la sociedad civil en el proceso de paz y en las transformaciones.
¿Qué tan adelantados van esos contactos entre el Gobierno y el ELN?
Según el ELN, a través de sus comunicados y declaraciones, el proceso no ha arrancado. Ha habido contactos, pero no se está desarrollando de manera seria, organizada ni secuencial un proceso exploratorio. El ELN pide al Gobierno que se decida de una vez por todas a iniciar este proceso.
Tras seis intentos fallidos de diálogos entre el Gobierno y el ELN, ¿cree que es esta la oportunidad para que la solución al conflicto pueda darse?
Creo que sí, no solamente porque estas dos partes lo quieran, sino porque la sociedad colombiana lo desea y porque terminará por imponerlo. Esta es una oportunidad que tenemos todos y, tanto el Gobierno como los ‘Elenos’ saben que no pueden dejarla pasar porque le pertenece al país más que a ellos.
Es claro que una negociación con el ELN no tiene cabida en La Habana. ¿Pero si puede servir de base para un eventual diálogo con el Ejército de Liberación Nacional?
Cada organización tiene su propia historia, sus propuestas y singularidades. Aunque el conflicto es el mismo, tendrá que ser en mesas separadas, pero esto no significa que no vayan a confluir para tratar temas comunes como víctimas, gestión del postconflicto y mecanismos de referendación… Esta tiene que ser la misma discusión. En cuanto a tiempos, creo que el Gobierno y el ELN están en mora de empezar los diálogos, deben dar inicio a las negociaciones y concluir en una negociación a la mayor brevedad posible.
¿Estos diálogos con el ELN deberían ser en Colombia o en el exterior?
Deben darse en el lugar donde ellos consideren hacerlo. Sin embargo, en Colombia no hay condiciones para el diálogo porque implicaría desmilitarizar áreas y eso no va a ocurrir. La exploración quizás debería darse en un país vecino, preferiblemente en Uruguay porque tiene una diplomacia muy fresca, no está involucrado en las grandes agendas mundiales, no suscita la sospecha de absolutamente nadie y todos reconocen el papel de su gobierno y del presidente ‘Pepe Mujica’.

¿Para unas posibles conversaciones entre el Gobierno Nacional y el ELN, estas se desarrollarían en medio del conflicto o habría un acuerdo bilateral del cese al fuego?
El cese al fuego sería lo ideal, lo más deseable, pero eso no ocurrirá. Se requiere que si el ELN hace un cese unilateral del fuego haya una contraprestación y se produzca un desescalamiento por parte del Estado. Lo que no puede ocurrir es lo que pasó con las Farc el año pasado, que decretaron por dos meses una interrupción a los hostigamientos, pero el Estado no hizo lo mismo.
Si se dan estos diálogos, ojalá haya treguas, también por periodos de dos meses para navidad y año nuevo, así como durante procesos electorales, pero, de nuevo, tiene que estar acompañado por el Gobierno, sino fracasarán.
¿El ELN dejaría de secuestrar y atentar contra la infraestructura petrolera del país?
Sin duda alguna. No hay la menor posibilidad de que el ELN se suba a una mesa teniendo secuestrados y con la posibilidad de seguir secuestrando porque sino, revienta el proceso.
Es conocido que el ELN está muy diezmado y que esto facilitaría los diálogos porque no podrían exigir mucho. ¿Qué opina sobre esto?
La correlación de fuerzas en el conflicto no es la misma de hace 10 años, pero según estudios de la Corporación Arco Iris, se plantea una visión un poco diferente. El ELN ha venido en un proceso de crecimiento y de reforzamiento más que de debilitamiento, pero la lucha armada aquí en Colombia ha llegado a unos niveles de agotamiento que los obligan a buscar otras alternativas.
¿Usted haría parte del grupo negociador por parte del ELN ante un eventual proceso de paz?
No. Yo no soy miembro representante del Ejército de Liberación Nacional, pero no descarto que si ellos me solicitan algún nivel de participación, en mi condición de exmilitante, exdirigente del ELN, con mucho gusto lo haga.
¿Cómo sería una paz verdadera y estable en Colombia?
Primero sin lucha armada y, segundo, con la sociedad empoderada, participando y construyendo la agenda que haga posible la justicia social.
¿Qué opina del proceso de paz que se está llevando a cabo entre el Gobierno y las Farc?
En un proceso que se mueve con una arquitectura muy sólida. Es un proceso que apunta a dar resultados. Creo que en el ciclo 16 están obligados a producir resultados contundentes porque sino, el proceso sucumbirá. Sé que las partes se están esforzando en producir estos resultados y sé que vamos a tener buenas noticias. Una de las grandes falencias de este proceso es que la sociedad no está participando. El proceso de consulta con la sociedad no ha ido más allá de los foros nacionales en materia de tierra, participación política y narcotráfico, pero se necesita que vayan a los territorios, que los distintos sectores sociales también puedan proponer y desarrollar un nivel de discusión con las mesas de diálogos.
Se ha hablado de suspender los diálogos por las elecciones de 2014, pero creo que no es lo mejor; aunque está en manos de las dos partes acordarlo. Sería un error sumamente grave si una de las partes se lo impusiera a la otra.
¿Volvería a las armas?
No, vengo de allá y aquí me quedo.

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