2016/06/22
14:20
Carlos
Velandia: la paz personificada
Por Kristian Herbolzheimer
La detención el lunes por la noche de Carlos
Velandia en el aeropuerto de El Dorado es una grave noticia.
·
Kristian
Herbolzheimer Foto: Casa Asia
Resulta del todo incomprensible para quienes
conocemos la apuesta y el compromiso inquebrantable de Carlos por la paz en
Colombia. Y, al mismo tiempo, envía un dardo envenenado a las mesas de
negociaciones con un mensaje preocupante: no hay garantías jurídicas para la
reincorporación a la vida civil para quienes dejan las armas.
Carlos Velandia –tal vez más conocido por su alias
Felipe Torres cuando era comandante del ELN- cumplió con la justicia pasando 10
años detrás de rejas. Desde que recobró su libertad, en 2004, se ha dedicado en
cuerpo y alma a contribuir a la paz y a la reconciliación en el país.
Poco después de salir de prisión se afincó en
Barcelona. Con el conocimiento de los gobiernos de Colombia y de España se
integró en el programa Colombia de la Escuela de Cultura de Paz de la
Universidad Autónoma de Barcelona que yo coordinaba, bajo la dirección del
profesor Vicenç Fisas.
Con la seguridad de la distancia física del
conflicto armado, y en un entorno académico encontró un espacio para el
análisis y la reflexión, con una mirada en el aprendizaje comparado con otros
procesos de paz en el mundo. Allí, también fue articulando su mensaje de
contundente rechazo a las violencias y su llamamiento público a terminar la
guerra.
Desde su regreso a Colombia en 2011 ha participado
en cuanto evento de paz se haya celebrado. Pero más allá de sus contribuciones
públicas como analista, comentarista, columnista y asesor estos últimos años ha
sido noticia por sus gestos de reconciliación, pidiendo perdón públicamente a
víctimas de actos del ELN. También ha persistido en la importancia del diálogo
con las voces críticas con el proceso de paz, lideradas por el expresidente Uribe,
con quien siempre ha mantenido diferencias desde el respeto.
A pesar de todo, Carlos ha tenido que lidiar con el
estigma y la incomprensión que recae sobre quienes le apuestan a romper la
polarización. Desde su salida de la prisión el ELN repetidamente le ha dado la
espalda en sus esfuerzos de paz, con comunicados públicos que en momentos
parecían buscar la humillación de su antiguo compañero. Paradójicamente, varios
medios relatan su reciente detención precisamente como un golpe al
ELN.
La detención de Carlos se produce cuando parece
inminente el cese bilateral del fuego con las FARC, el hito más decisivo hasta
le fecha en las negociaciones de la Habana. Es un momento muy delicado, cuando
falta poco para que se formalice el fin de la guerra y la transición de las
FARC a la política sin armas; y cuando el Gobierno y el ELN lidian para superar
las desconfianzas que les impiden iniciar sus diálogos de paz. Las garantías de
seguridad son precisamente uno de los escollos más delicados en ambos procesos.
La pronta resolución de la situación jurídica de
Carlos es fundamental, por justicia con su persona, y para no perturbar más un
proceso de paz que de por sí ya es muy complejo.
kherbolzheimer@c-r.org
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