Carta
a Carlos Velandia
Publicado julio 25, 2016 En
Columnista:
Andrei Gómez-Suárez*
Querido Carlos, Espero te
encuentres bien a pesar de las circunstancias. Estoy convencido que tu coraje
te permite aprovechar este momento difícil al máximo. Lo he confirmado leyendo
tu artículo sobre la X Conferencia de las Farc en Las 2 Orillas. Un
artículo muy lúcido que le recuerda al país, si es que alguien lo olvida, tu
contribución irremplazable para entender este momento histórico.
Te extrañamos, es cierto. La
ausencia de tus reflexiones precisas para entender la coyuntura y prepararse
para el futuro nos han dejado un vacío a aquellos que recurríamos a un café, a
una llamada contigo para descifrar el momento y diseñar apuestas de construcción
de paz, en clave de reconciliación.
Te escribo esta carta ahora
porque hace un mes cuando me enteré de tu retención estaba en Pasto y pensaba
que ésta sería pasajera. Nunca imaginé un mes después estar escribiendo
públicamente para tratar de comunicarme contigo. Me dicen que estás bien y que
pronto saldrás; espero que así sea, porque la fiesta de la paz sería incompleta
contigo retenido. La paz completa por la que has luchado sigue en construcción.
Sé que muchos se llenan de escepticismo cuando ven la lentitud con que avanzan
las negociaciones con el ELN. Sé que muchos ven con preocupación la
radicalización de aquellos que llaman a izar banderas negras el Día de la
independencia. Pero a pesar de las dificultades, observo, con algo de tu
optimismo heredado, que se van dando pasos que nos acercan al sueño de terminar
la guerra y dedicarnos a resolver el conflicto social, que como tú decías crece
y tiene cada vez más una mecha corta para detonarlo.
El anuncio de la Subcomisión
de Género sobre la incorporación del enfoque de género a los acuerdos de La
Habana es un paso trascendental para empezar a resolver uno de los problemas
estructurales que ha alimentado y se ha afianzado con la guerra: la desigualdad
de la mujer frente al hombre; el machismo abierto que ha gobernado a Colombia,
que ha prolongado y degradado la guerra por parte de todos los actores armados.
Seguramente te enteraste de la
noticia antes que muchos colombianos, y celebraste que el Gobierno y las Farc
acordaran el acceso especial a las campesinas al Fondo de Tierras la asistencia
legal y técnica para la creación, promoción y el fortalecimiento de las
organizaciones y movimientos sociales de mujeres, jóvenes y población LGBTI; y
la creación de un grupo de trabajo dentro de la Comisión de Esclarecimiento de
la Verdad para esclarecer la violencia sexual en medio del conflicto armado,
entre otras medidas. Paradójicamente,
las negociaciones de La Habana van sincronizadas con los lentos avances para
instalar la mesa de Quito con el ELN, porque como bien lo señalabas en alguna
reunión de Punto de Encuentro, la elección de Sandra como negociadora
plenipotenciaria del ELN es una demostración de la importancia del enfoque de
género al interior de esa organización insurgente.
No sé si el Gobierno está
pensando en aceptar la propuesta que han hecho varios académicos de nombrarte
como gestor de paz, creo que sin duda sería un acierto. Intuyo que en esa
posición podrías sostener un argumento convincente para que el Gobierno
nombrara una mujer plenipotenciaria para esta negociación. Es más, me atrevo a
sugerir, si ese llegará a ser el caso, que propusieras un encuentro entre las
plenipotenciarias del Gobierno y el ELN para destrabar la mesa. Quisiera creer que esta carta la leerás una
vez estés en libertad. Muchos amigos desde diferentes rincones preguntan por tu
situación y piden por tu libertad. El impacto de tus palabras en la Universidad
de Londres, hace poco más de un año, aún retumban entre aquellos que te vieron
con Rosa Emilia Salamanca hablar de la deuda histórica con las mujeres por
parte de los actores del conflicto armado.
Tu presencia en Uniandinos,
precisamente hace un año, donde afirmaste tu compromiso de no dejar a medias la
construcción de paz, aún resuena en los oídos de los participantes que ven en
ti el testimonio vivo de la importancia de darles todas las garantías a los
excombatientes para que construyan desde la civilidad un mejor país. Para
despedirme, por ahora, quisiera agradecerte de nuevo por creer en el poder del
diálogo; por creer en la sociedad civil y su capacidad de incidencia en la
resolución de conflictos; por optar por regresar a Colombia a pesar de los
riesgos a contribuir al debate democrático; por motivar a múltiples sectores a
trabajar por una salida negociada y realista al conflicto armado que permita
implementar cambios profundos que ayuden a empezar a desactivar la bomba del
conflicto social, porque como bien dices tú ¡La Paz es Ahora, Carajo!. Te esperamos con un abrazo fraterno,
Andrei
*Profesor y Consultor en
Justicia Transicional y miembro de Rodeemos el Diálogo @AndGomezSuarez
Copyright: http://pacifista.co/carta-a-carlos-velandia-paz-es-ahora-carajo-eln/ .
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