¡LA PAZ ES AHORA CARAJO!
¿Cuál es su situación? «Soy una persona libre. No
tengo deudas con nadie. Ni con la sociedad, ni con el Estado, ni con el país.
No tengo un peso. No tengo trabajo» respondía Carlos Arturo Velandia en una
entrevista para EL
ESPECTADOR a
mediados del 2011. Sus deudas con el Estado las pagó después de 10 años en
prisión y 7 años en el exilio. Sus deudas con la sociedad las ha pagado con la
valentía de pedir perdón y con su compromiso incansable con la paz. Sin un peso
porque por sus cientos de charlas y conferencias no suele cobrar, el valor de
su mensaje le basta. Sin trabajo porque la sociedad no recibe con los brazos
abiertos a un exguerrillero, lo estigmatiza eternamente.
En el marco de novedosas macro-imputaciones al
Comando Central del ELN, la Fiscalía vinculó a Carlos Velandia como persona
ausente –porque seguramente no pudieron encontrarlo– al proceso del secuestro
masivo del kilómetro 18 de la vía Cali – Buenaventura perpetrado por el ELN el
17 de septiembre del 2000. Aunque para ese entonces Carlos Arturo mediaba desde
la cárcel de Itagüí entre la guerrilla y el gobierno de Pastrana, se emitió el
pasado 16 de abril una orden de captura en su contra por los delitos de
secuestro extorsivo agravado, homicidio culposo, hurto calificado y agravado.
El pasado 3 de junio salió del país, pero sólo es capturado hasta el 20 de
junio sin haber rendido indagatoria y cuando los tiempos para solicitar una
nulidad se habían vencido. ¿Violación al debido proceso? En absoluto, un gran
golpe al ELN, ese día la emisión central de Noticias Caracol reportaba: «cayó
alias ʽFelipe Torresʼ»
ʽFelipe Torresʼ hizo dejación individual de armas
el 8 de octubre de 2003, ese día recuperó su libertad, no sólo salió de la
cárcel sino perdió todo vínculo con la organización insurgente en la que militó
por treinta años. Los últimos diez los dedicó, desde la cárcel a las
negociaciones de paz con los gobiernos de Samper, Pastrana y Uribe. Convencido
de la salida política al conflicto armado y que las transformaciones sociales
por las cuales se alzó en armas hoy se pueden lograr en democracia, se exilió
en España. Allí participó en el programa Colombia de la Escuela de Cultura de
Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona bajo la dirección de Vicenç Fisas.
Por una amiga en común, un estudiante rumano de la
Universidad de Texas me contactó para que lo ayudara en su investigación
doctoral sobre negociaciones de paz. A pesar de los múltiples lanzamientos que
hacía de su libro La paz es ahora ¡carajo! Carlos Arturo habló un par de
horas con nosotros. Este fue tiempo suficiente para darnos cuenta de su inmenso
compromiso con la paz de Colombia, para dimensionar las dificultades de la
reconciliación y para entender que ʽFelipe Torresʼ había quedado atrás.
Carlos Arturo lleva un mes detenido en los
calabozos de Paloquemao, víctima de un falso positivo judicial precisamente un
año después de los falsos positivos judiciales contra Lxs 13. Su captura no es
un golpe al ELN, su captura es un golpe a la credibilidad de los procesos de
paz, su captura es incomprensible. Es un golpe a la paz, a la paz completa, a
la paz con justicia social, a la reconciliación y a la solución política del
conflicto armado. No podemos darle la espalda a su perseverancia y compromiso con
la paz, exigimos su libertad inmediata para que quienes no han tenido la
oportunidad de hablar con él puedan entender que #LAPAZESAHORACARAJO
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